Sunday, September 23

La de antes =)

Bueno, veo que llevo sin escribir desde julio 7 ... vaya... si que he abandonado mis ideas.
Que ha pasado? … pues muchas cosas. Hice mi examen de canto y me fue muy bien. Sucedió tan sui generis … la primera parte fue terrorífica. Como una pesadilla en la que no puedes controlar los actos. No podía controlar pero mis agudos!! Estaba al borde del suicidio. Era mi penúltimo examen de canto y era necesario estar en la sala principal, la gran “Silvestre Revueltas”. Esta vez no era un simple recital en donde solo voy a cantar 2 piezas en esa enorme sala, no, esta vez era mi propio concierto. Recuerdo perfectamente la forma en como sonaron los switches donde se apagaron todas las luces de la sala y solo iluminaban unas cuantas el escenario. Recuerdo la última llamada del timbre…
Ring..ring..riiiing… 3 timbrazos… no había escapatoria, era mi momento. Mi momento de recuperarme y mostrar todo lo que había aprendido en vacaciones. Con una oración detrás del enorme telón de seda rojo miré a los ojos de mi pianista y dije “ es hora de hacer música”… y luego, me despedí, me despedí de todas las tardes de estudio de aquellas piezas que estaban a punto de nacer exactamente a las 5pm.
Estuve tan nerviosa que ni Bellini pudo rescatarme con su “vaga luna” o tal vez Liszt habría dado algo de que hablar… pero Bach se encargó de darme un gran susto cuando me faltó el aire al final de su grandiosa cantata no. 51…
Dios, terminó la primera parte y yo ya quería salir de ahí corriendo. No había disfrutado ni un solo compás. Estaba atrapada. Y lo peor es que ya venía Puccini a darme mi merecido con su “Chi il bel sogno” … Descansé en mis 10 de intermedio. Tomé el agua suficiente y pensé, si esto es lo que mas amo en la vida, porque sufro? … que sucedió con la Vanessa de hace 1 año?
Me armé de valor y confié en mi misma con todas las fuerzas de mi alma. Al salir otra vez observé en primer estancia a mi mamá, luego a mi maestra que ya había llegado y sonreía tan armoniosamente junto con su creencia en mi, a Alba la que se ha convertido en casi una hermana, mi maestro de teatro que estuvo apoyándome incondicionalmente, mi hermano y me miré a mi misma como en una película, ahí estaba yo de nuevo, la Vanessa que no deja que los errores la saboteen, la Vanessa que no entiende de perfecciones, la Vanessa que ama estar en un escenario y entonces sucedió. Canté solo para ellos, para mi y para Dios con todo el amor, con todo el valor. No es que quiera sonar arrogante, pero logré hacer música. Automáticamente la voz estaba de mi lado y hasta el waltz de Julieta brilló con todo y su cadencia con su re y su do tenido. Con Wie lange noch de Kurt Weill yo ya estaba en las nubes y lloraron, mucha gente lloró conmigo y eso fue el regalo perfecto para tanto coraje encerrado. Expulsé a la Vanessa insegura que habían creado en SIVAM y volvió la de antes, la chica llena de espontaneidad y quitada de prejuicios. Juro que ese día fui inmensamente feliz.
Y le hicé honor a las últimas palabras de mi programa de mano. “Por encima de todo, nunca debemos rendirnos”
No ahora, no esta carrera ni en ninguna otra, jamás. Debemos creer en nosotros mismos.

Y ahora acabo de ingresar a un taller del conservatorio donde aparte de enseñarme me van a pagar 6 mil pesos mensuales. Abandoné SIVAM donde no quiero regresar. Y soy sumamente feliz. Este año me ha hecho madurar tanto, conocí el lado oscuro del canto y toqué fondo, pero siempre, por muy malas que sean, cuando uno hace bien su trabajo, las cosas vuelven a su lugar. Tengo beca y podré ahorrar dinero para irme. El viento esta a mi favor y debo aprovecharlo. El próximo año será, bien lo dijo la señora de las cartas, el 2008 será un año lleno de muy buenas y grandes cosas.

Mañana tengo un curso de zarzuela. Espero tener esa chispa para cantar zarzuela. Ya lo descubriré. El martes inicio otra vez con mi psicóloga, aunque me siento muy contenta y tranquila no esta de más verla de nuevo.

Me voy… llamaré a Nidi. La extraño.

Hasta otro día Luna.